viernes, 2 de marzo de 2018

La titánica tarea de regular el complejo mercado de las criptomonedas

Los habitantes del mundo de las criptomonedas deben empezar a acostumbrarse a codearse con reguladores. El lado oscuro de la bonanza en las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés), las crecientes preocupaciones sobre la seguridad de los intercambios de criptomonedas y la avalancha de inversores que ha entrado en escena han ayudado a convencer a los gobernantes de todo el mundo de que el mercado de las criptomonedas merece mucha más atención.

Sin embargo, como lo ilustra una reciente audiencia en el Senado de los Estados Unidos, la cuestión de cómo se deben analizar y regular estos mercados resulta tremendamente complicada.
Por qué debería preocuparnos: las apuestas son altas, y no solo porque haya miles de millones de euros reales en juego. Muchos piensan que la tecnología blockchain subyacente a las criptomonedas puede ser tan revolucionaria como el propio internet (ver La utilidad de Bitcoin en el futuro es independiente de la moneda). Las decisiones que tomen los responsables políticos influirán en el desarrollo de esa promesa.
Las restricciones han comenzado:
Lagunas: los reguladores todavía no han llegado a un acuerdo sobre cómo definir la criptomoneda, debido a lo cual todavía existen grandes lagunas en su supervisión.
En Estados Unidos, por ejemplo, las criptomonedas se clasifican como productos básicos, lo que las convierte en competencia de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas. Pero la agencia carece de la autoridad para supervisar directamente los intercambios de criptomonedas, tal y como el presidente de la Comisión, J. Christopher Giancarlo, le dijo al comité del Senado en la audiencia. No puede obligarles a hacer cosas como registrarse en el Gobierno, informar de transacciones ni cumplir con los controles de seguridad cibernética; de hecho, según la ley actual ninguna agencia federal tiene tal autoridad, explicó Giancarlo.
Última línea de defensa: con las manos de los federales atadas, los reguladores estatales quedan relegados, a pesar de que tradicionalmente pasan su tiempo vigilando aspectos como el cobro de cheques y otros llamados "servicios de transferencia de dinero". Esto no funciona, al menos por dos razones. En primer lugar, los intercambios de criptomonedas "proporcionan un bien en red que cruza inherentemente las fronteras estatales", argumenta el director de investigación en Coin Center, un grupo de expertos en políticas de blockchain, Peter Van Valkenburgh. En segundo lugar, la definición de "transferencia de dinero" varía en función del territorio. Según Van Valkenburgh, el cúmulo de confusión e incertidumbre, junto con las duras sanciones por atentar contra la ley, está desalentando a los tecnólogos y empresarios.
El enigma de las ICO: las ofertas de monedas iniciales, en las que se crea una nueva moneda digital de forma repentina, son especialmente preocupantes para los reguladores de valores. Simplemente llamar a algo "moneda" no lo mantiene fuera de la jurisdicción de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU., como dijo el presidente de SEC, Jay Clayton, al comité del Senado. También indicó que muchos tokens (o fichas) de las ICO se parecen a valores, ya que son "promocionadas como oportunidades de inversión que dependen de los esfuerzos de otros, siendo su utilidad como un medio eficiente para el intercambio comercial una característica distintiva y secundaria". Sin embargo, ese caballo ha salido el establo: las ICO han recaudado más de 3.200 millones de euros y, según Clayton, ninguna se ha registrado todavía en la SEC.
El resultado final: la regulación de los mercados de criptomonedas es un trabajo de gran envergadura, complicado y que está avanzando rápidamente. Esté atento a los nuevos desarrollos, que incluyen:

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